María José
b. 1992, Caguas, Puerto Rico; lives and works in San Juan, Puerto Rico
María José is an artist and activist whose practice deals with identity, gender, and race, combining autobiographical and diaristic aspects with elements of fantasy. They are currently the matriarch of the recently formed House of Grace, a trans-feminist anti racist collective with members across Puerto Rico. The two photographs presented in La Trienal show a slice of her community and directly address familial connections, both biological and chosen. Papi is a portrait of the artist’s father, posed behind an acrylic surface. However, rather than reflecting an image of the photographer, only elusive smudges are revealed. While Maria José recognizes that “heterosexuality and cisgender identity are still the law of the land,” the photograph illustrates the complexity and ambiguity of the mirror, suggesting that what is revealed maybe different each day and from viewer to viewer. The parental figure behind the scratched glass represents the complexity of that acceptance, but also the commitment to see through challenges.
María José es una artista y activista cuya práctica aborda la identidad, el género y la raza, al combinar aspectos autobiográficos y de diario con elementos de fantasía. Actualmente es la matriarca del recientemente iniciado House of Grace, un colectivo antifascista transfeminista con miembros en varias partes de Puerto Rico. Las dos fotografías presentadas en La Trienal muestran parte de su comunidad y abordan directamente las conexiones familiares, tanto biológicas como elegidas. Papies un retrato del padre del artista, posando detrás de una superficie acrílica. Sin embargo, en vez de reflejar una imagen de le fotógrafa, solo se ven manchas elusivas. Aunque María José reconoce que “la heterosexualidad y la identidad cisgénero siguen siendo la ley del país,” el mensaje de la fotografía ilustra la complejidad y ambigüedad del espejo, sugiriendo que lo que es revelado puede ser diferente cada día y de persona apersona. La figura paterna detrás del cristal rayado representa la complejidad de esa aceptación, pero también el compromiso de ver a través de los desafíos.